La profesión de administrador de fincas ha sido reconocida como esencial en estos tiempos de crisis

“Al administrador de fincas le definen la variedad de conocimientos que debe poseer y la capacidad para reinventarse”

¿Quién nos podría decir hace apenas unos días que nos íbamos a enfrentar, como nunca antes en nuestro país, a una pandemia que ha arrasado más de 19.000 vidas en poco más de un mes? Un país confinado, paralizado en sus casas, ha puesto de manifiesto la talla de muchos españoles.

Así, los profesionales de la sanidad se han convertido en héroes. Pero no sólo ellos: transportistas, empleados del supermercado, cuerpos y fuerzas del estado, limpiadoras y un largo etcétera, han demostrado saber estar a las duras y las maduras y sacar adelante sus labores para que todos vivamos más tranquilos, más cómodos.

El confinamiento ha convertido a todos los hogares en nuestro hábitat las 24 horas de cada día. En un pequeño ecosistema donde trabajamos, cocinamos, estudiamos, reímos y soñamos en cuando llegará la hora de volver a pasear por nuestras calles con libertad. Y para que todo siga siendo así, y podamos ver la televisión, el jardín esté cuidado, las zonas comunes de nuestra comunidad estén limpias y para muchas cuestiones más, la profesión del administrador de fincas se ha tornado fundamental.

El administrador de Fincas es como un director de orquesta. Se ocupa de que cada oficio y cada profesional estén dispuestos y capacitados para solucionar cualquier problema en el tiempo y la forma necesarios. Para que todo suene con armonía.

Por la capacidad que tenemos de estar cerca de la población, nos hemos puesto a disposición de cada ayuntamiento de la provincia, de la Diputación y de todos y cada uno de los Cuerpos y Fuerzas del Estado, acción que nos han reconocido manteniéndonos informados de cada una de su acciones que puedan interesar a la ciudadanía. Y, más allá de esto, tenemos que decir que nuestra profesión ha sido reconocida por nuestra Administración, como una actividad esencial en estos tiempos de crisis.

Si hay dos rasgos que definen al administrador de fincas son la variedad de conocimientos que debe poseer en muchos oficios distintos que van desde la fontanería a la jurisprudencia.

El otro rasgo es la capacidad para reinventarse, para levantarse una y otra vez, dispuesto a encontrar siempre la mejor de las soluciones para los vecinos.

En estos tiempos, en que el coronavirus campa a sus anchas, el administrador de fincas ha tenido que adaptarse en un tiempo record a unas necesidades nuevas, a su propio confinamiento, al teletrabajo, a negociar unos servicios mínimos para sus comunidades y a aplazar mucho trabajo para un futuro aún incierto.

Hemos tenido que negociar con nuestros proveedores los cambios a los que nos hemos visto abocados por esta pandemia. Cambiando protocolos  de limpieza, horarios de personal, mantenimientos básicos y solucionando cada uno de los problemas que han ido surgiendo con la ayuda entregada de nuestros proveedores para que nuestros vecinos puedan disfrutar de sus hogares, sabiendo que a un golpe de teléfono tendrán a su administrador para resolverles cualquier problema.

Nos gustaría devolver desde aquí, las muestras de agradecimiento que han manifestado muchos vecinos cuando les hemos hecho llegar cartelería con recomendaciones o les hemos solucionado un problema. Por nuestro trabajo, en muchas ocasiones, tenemos que hacer frente a situaciones que generan nervios y tensiones, así que cuando llega algún agradecimiento, nos suena muy, pero que muy bien.

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